Se conoce en Fraga como Ventas del Rey un antiguo mesón u hostal de caminantes situado entre Fraga y Candasnos, junto a la actual Nacional-II. En esa misma dirección señalan los mapas un puesto de menor importancia -y de poca trascendencia arquitectónica- conocido como El Ventorrillo. Está situado antes de las mencionadas Ventas del Rey.
De todos es sabido que Joanot Martorell es valenciano y autor de una de las obras más conocidas en lengua catalana: Tirant lo Blanc. No es la lengua valenciana la cuestión que le vincula a Fraga, si bien, leyendo su obra se advierte el gran parecido con nuestro dialecto catalán de Fraga. Lo que queremos resaltar aquí es una parte de su biografía.
Doña Mariana Soler, esposa del médico Joan Navarro, cumplió a la perfección con el testamento de su marido, dejando unas rentas para estudiantes y otras para casar doncellas. Todos vecinos siempre de Torrente o descendientes de sus parientes, pues no tuvieron hijos propios. Respecto a los estudiantes becados en sus estudios por el legado conocido como de doña Mariana Soler, tenemos noticias de once de ellos. Los ordenamos cronológicamente en la siguiente relación
En 1647 el marqués de Aitona, Guillén Ramón de Montcada, estaba alojado en el palacio Montcada de Fraga. Era este marqués nada menos que el treinta y cinco descendiente directo de la saga de los Montcada, que desempeñaba la función y cargo de virrey de Cataluña y Capitán General del Principado. Una estancia que no podía pasar desapercibida para los naturales, ni por otras personas o autoridades de Cataluña que debían visitar al Virrey en nuestra villa.
L’Estressana siguió creciendo a mediados del siglo XIX. En diciembre de 1848, uno de los mayores hacendados de la ciudad de Fraga, don Guillermo Portolés, solicitó otro patio para ganado. Lindaba con el Camí a Çaydí, con un edificio del tejero Manuel Arellano y frente al corral de Esteban Canales, al que debía respetarse el camino de acceso al corral y a la tejería. El patio del señor Portolés tenía 16 varas de amplio, aunque por la parte posterior se estrechaba formando un triángulo. Mientras se aderezaba lo que iba a ser la carretera nueva, adquirió junto a ella dos patios de corrales don José Lafuente, en diciembre de 1848. La nueva carretera estaba destinada a desplazar todo el tránsito que discurría por el Cegonyer y Obradors. El mismo año todavía se edificó otro corral por don Crescencio Foradada, a la parte derecha del camino que “subía hacia Zaidín”, junto a la era de Francisco Agustín y comunes por los otros dos lados.
Derruido por segunda vez el puente colgante de Fraga, en 1866, se puso en funcionamiento la barca de la Noria, aguas arriba del barrio de l’Estressana, acceso que ya no presentaba ninguna dificultad en esas fechas. Tras el lamentable hundimiento de una de las barcas, que provocó 33 muertes ahogados en el río, se aceleraron las obras por el puente de hierro en 1881, cuya inauguración en 1883, supuso la revitalización del que iba a ser el Barri de les Afores, y, en su consecuencia, el abandono de la mirada expansiva en patios, casas y corrales hacia donde funcionaba un molino y una teulería. O sea, el puente de hierro desplazó el urbanismo hacia la huerta, paralizando la venta de patios en l’Estressana.
En 1820 se construyó una prolongación firme desde el embarcadero y el actual bar Pisot hasta l’Estressana. Dicha prolongación acababa con un arco para desagüe. Por fin, los accesos hacia Mont·ral, Vallpodrida y Çaydí quedaron abiertos sin tener que pasar por el portal de Arnero. O al menos eso parecía, porque el arco y el muro fueron reparados en 1828. En previsión de nuevas rupturas, se hizo retroceder el río cortado y limpiando roca, en cuya operación se empleó a “todos los albañiles y canteros” de la villa.
Este barrio está situado en la parte norte de la ciudad de Fraga, junto a la entrada de la carretera de Çaydí. Históricamente fue un espacio de aprovechamiento vecinal durante toda la Edad Media y Moderna. La necesidad de patios, corrales y casas puso su mirada en esa accidentada zona, desde el siglo XV en adelante. Su nombre nos aparece escrito de diversas formas: La Tersana, La Teresana, La Estresana; para castellanizarse finalmente como Taraçana, Ataraçana y Atarazanas. Por apego sentimental e histórico utilizaré aquí su forma más arcaica y académica, reivindicando con ello su origen, que significaba lugar de embarque o desembarque de maderos y de barcas. Con el mismo criterio de uso en su habla local arcaica fragatina utilizaré asimismo otros topónimos en estos artículos insertos.
Después que unas importantes crecidas acaecidas en la noche del 15 al 16 de mayo de 1479, el río Cinca destruyó el puente de madera de Fraga. Unos 200 hombres de la villa trabajaron en la localización de maderos aguas abajo del río, trasladando el precioso botín a la zona de Les Estressanes. Era necesario recomponer el puente porque el rey Fernando el Católico tenía anunciado su inminente paso por la villa para el mes de agosto. El fuster de Fraga, Bernat Vall, se hizo cargo de la recomposición y arrendación, firmando con el Concejo de la villa unos acuerdos previos.
Al obispo José Meseguer Costa le correspondió remodelar la diócesis de Lérida por Real Decreto del 26 de junio de 1892: cierre de iglesia menores, supresión de clero -por no disponer de suficientes rentas-, y conservación de obras de algunas parroquias fueron tareas en las que se vio inmerso este diocesano de quien hacemos una breve reseña tomada de D. Ramón Viola: