La división de términos a los lugares aludidos Alcolegie (Alcolea de Cinca), Ontinyena (Ontiñena) y Villanova (Villanueva de Sijena) data del lejano año de 1312, momento que la orden militar de los Templarios ya había sido disuelta, y las iglesias de Ontiñena, Ballobar, Pomar y Alcolea pasaban a depender del monasterio de Sexena (Sijena). Como vemos en las líneas precedentes, los topónimos medievales han sido todos castellanizados.
Los extemplarios fueron alojados entre 1312 y 1314 por sus familiares, o en conventos y casas religiosas, con rentas ofrecidas por el concilio de Tarragona de 1312. Rentas que fueron respetadas por el rey Jaime II, ya que los templarios de la Corona nunca fueron perseguidos ni eliminados, como muchas veces se ha querido afirmar. Sí que es cierto que se hicieron simulacros de juicios, y en una ocasión, por la presión de Francia y del papado, el rey de Aragón aplicó tormentos para su confesión, pero de inmediato les puso médicos y tratamientos que los rehabilitara.
En este contexto, la fitas o buegas entre estas localidades que habían estado bajo dominio total o parcial (en algunos censos y heredades) a favor de la Orden del Temple, fueron revisadas. Posiblemente porque entre los años 1307 y 1312, los templarios estuvieron más pendientes de defenderse en sus castillos que de administrar sus rentas. Los templarios de Aragón se negaron a disolverse y entregar los bienes a la corona. Pero, entretanto, algunos propietarios debieron tomarse tierras de términos vecinos, especialmente los hombres de Alcolea, según reclamación de doña Teresa de Urrea, priora el convento de Sijena a quien pertenecían; Ontinyena, Vilanova, Caxal, Lanaja, Sena, Candasnos y Burialaroz.
Aprovechando la presencia del citado rey en Albalate, quince años después del documento original, y estando presente su hijo el infante Alfonso, conde de Urgel y señor de Alcolea por su esposa Teresa, junto al justicia de Alcolea, Bernardo Tolzano, y presente el justicia de Aragón, Eximén Pérez de Salanova, revisaron un instrumento público hecho por la priora y el entonces señor de Alcolea, Pedro Hug, sobre limitación de términos, datado en 1312. Siguiendo aquel instrumento, pasaron a delimitar los términos de la siguiente forma:
Segregación de Villanova con Alcolea
La primera buega sobre un montículo llamado Pueyo Agudo (Mont Agut) que está entre el camino viejo de Alcolea y el término de Ontinyena y que lo dividía un languaço, y la senda que iba a Alcolegie. Siguieron otras buegas hasta el final del valle que llaman de Pérez de Pantano. Siguiendo el valle como límite hasta el camino que sale de Sexena (Sijena) y venía de Alcolea. Siguiendo dicho camino hasta enlazar con el camino que venía de Saranyena (Sariñena) y que iba a Alcolea. Por este camino, siguiendo la vertiente de las aguas hasta otros camino de sale de Sijena y se dirigía a “la Roya” (Larroya) y hacia Monçonem (Monzón). Por este camino, y siguiendo las vertiente de las aguas, hasta el camino que va de Sijena a Barbastro, y del camino que llaman de Barbastro, siguiendo la pendiente de las aguas, hasta el camino que va de Sariñena a Monzón. Y del camino que llaman de Sariñena siguiendo la pendiente del agua hasta el Collado que está entre Castro Follit (Castelflorite) y el término de Caxal (Cajal). Y todos esos términos, entre las buegas señaladas y el lugar de Villanova, debían ser del monasterio de Sijena. Y todos los términos que estaban por encima de dichas buegas o fitas, asignadas por el dicho justicia Pérez de Salanova hacia Alcolea, que fueran de Alcolea.