Los Gilbert, señores Alfajarín

Los Gilbert, oriundos de la comunidad de Daroca, donde están documentados don Pedro Gilbert, descendiente a su vez de otro Pedro Gilbert, procurador real en Daroca en 1348. Por la colaboración de este último en la batalla de Épila, en la causa del rey Pedro IV contra los nobles de la Unión, junto a don Lope de Luna, descendiente de Margarita de Montcada de Fraga, ambos fueron a ampliamente recompensados.

En Zaragoza hallamos a Miguel Gilbert, sin poder certificar su parentesco con los Gilbert de Fraga, que enlazaron con familias como los Agustí, los Carvi o los Bardaxí. Descubrimos su presencia en Zaragoza, donde se afincaron la mayoría de los miembros de esta saga como consecuencia del crédito concedido por el Concejo de Zaragoza de 3.500 libras jaquesas sobre los derechos de la baronía de Alfajarín en favor de la reina Juana Enríquez, que había tomado dicho señorío de doña María Mur y Sangüesa, esposa de don Juan Pérez Calvillo, señor de Malón. La ciudad de Zaragoza deseaba recuperar aquel dinero por las muchas necesidades de la capital del Ebro. En su consecuencia, las cortes de 1468 acordaron poner en subasta dicho crédito, pero sólo se presentó a la compra don Miguel Gilbert, pariente de Juan Gilbert, oriundo de la comunidad de Daroca, señor del lugar de Planas en 1401.
 
Don Miguel Gilbert aspiraba a la adquisición del señorío de Alfajarín, si bien manifestaba no disponer de los 70.000 sueldos que le reclamaban para su adquisición, pues la mitad de dicha cantidad estaba en manos del mercader Vidal. A cambio, el dicho Gilbert ofreció cuatro censales que poseía sobre el General de Aragón1. La venta a favor de Miguel Gilbert fue formalizada por el notario Esteban de Gurrea en 5 de junio de 1469, donde el comprador hizo una entrega inicial de 40.000 sueldos. En el acuerdo del Concejo de Zaragoza, anotado el 18 de agosto del mismo del año, se hizo contar que se comprometía a satisfacer 68.000 sueldos sobre los cuatro censales que tenía cargados contra el General de Aragón, y obtenía derechos para aleñar en los montes de Alfajarín, prohibiendo su uso a personas ajenas. Sin embargo, no debieron salirle bien las cuentas al dicho Miguel Gilbert, pues la exportación cerealista estaba paralizada como consecuencia de la llegada de trigos sicilianos que inundaban los mercados barcelonés y valenciano. Era momento de impulsar la ganadería, como alternativa.

El señorío de don Miguel Gilbert fue efímero. En 1472 había pagado solamente una parte de lo pactado. En 1486 se deshizo del señorío de Alfajarín a favor del noble borjano don Juan de Coloma, a quien se atribuye la construcción del convento zaragozano de Jerusalén en 14912. Este don Juan Coloma era nieto del citado anteriormente Juan Pérez Calvillo, casado en primeras nupcias con doña María de Mur Sangüesa, de quien no hubo sucesión, y en segundas con doña Beatriz de Heredia, que fueron padres de doña María Pérez Calvillo y Heredia, señora de Malón, y esposa a su vez de citado don Juan de Coloma.

Este don Juan Coloma -que había estado casado en primeras nupcias con doña Isabel Diez d’Aux, de posible ascendencia conversa- ratificó las concesiones y privilegios que les concediera su antecesor en la baronía, don Juan de Mur y Eril en 1437. Tuvo por hijo, del segundo matrimonio con doña María Pérez Calvillo, a don Juan Pérez Calvillo y Coloma; y además un hijo natural conocido como Juan Pedro de Coloma. Estos fueron señores de Alfajarín hasta 1497, cuando pasó a manos de los Espés.

1. Libro de Actos Comunes, Zaragoza, 6 de abril de 1469, fol. 10v, 76r-v; citado por A. CASTILLO GENZOR, Montesblancos, Zaragoza, 1984, p. 78
2. AHPZ, protocolo de Miguel Español, menor, 1573, fol. 81

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