Breve biografía: Vicente Ferrer nació en Valencia en 1350. Eclesiástico, escritor, hijo de un notario de Gerona, ingresó en la Orden de Santo Domingo. Estudió en Barcelona, Lleida y Tolosa. Fue ordenado en 1478. Entre los años 1378 y 1395 residió en Valencia. En 1389 era predicador general de la Orden, obteniendo gran fama en sus discursos. El papa Benedicto XIII le llamó a su lado y lo nombró su confesor y su capellán, durante los años 1395 y 1399. Su decisiva intervención en los debates de Caspe por la sucesión al rey Martín, condujo a la entronización del castellano Fernando de Trastámara como rey de la Corona de Aragón. Posteriormente, y ante la tozudez del papa aragonés por no abandonar su posición ante el cisma de la iglesia, le abandonó.
Conversiones de judíos: Predicador de gran impacto le hicieron famoso las numerosas conversiones de judíos, que empezaron en Valencia en 1412; también de sarracenos. En realidad les obligaba a asistir a sus sermones. Cuando llegaba a una localidad, centenares de personas penitentes le precedían formando una comitiva. Muchos de ellos –enfervorizados- se flagelaban en público. Numerosos escribas y notarios tomaron notas de sus discursos, razón por la cual se han conservado hasta nuestros días, tanto en lengua catalana como en lengua latina que escribían los notarios. Sus predicaciones estaban escritas en lengua catalana.
Su paso por la Ribera del Cinca: Vicente Ferrer recorrió posteriormente tierras del Cinca. Alcolea en junio de 1414 donde les redactó unas ordinaciones. Los neófitos de Tamarite de Litera se sintieron acogidos a la protección del rey el mismo año. Los de Fraga fueron autorizados a intervenir en los debates de Tortosa en el mes de agosto de 1414. La protección real también se extendió a los neófitos de Fraga: Francisco de Sanjordi (maestre Astruch Rimoch), Andreas de Sanjordi (maestre Salamó Rimoch) o Luis de Sanjordi (Alí Abnayú); a Raymundo Siscar, (Çaym Lofilo), Emanuel de Santangel (Mosse Alcoleg), Johan Dauyg (Jafuda Avinçalé), Gabriel Dauyg (Salamó Avinçalé), Galcerán de Santjordi (Roven Rimoch), y a Daniel Beurdim (Astruch Anday). En enero de 1415 los numerosos conversos de Fraga fueron obligados a contribuir por última vez como miembros de su antigua aljama en atención a las deudas contraídas antes de convertirse a la fe cristiana.
Proceso de santificación: Vicente Ferrer murió en Gwened (Gran Bretaña) en 1417. De inmediato el rey Alfonso V de Aragón escribió a Su Santidad notificando que debía proclamarse Santo debido a los muchos milagros que ya había realizado en tan corto espacio de tiempo. Para tratar de ello, el monarca aragonés envió ante el papa al prior de Tortosa y a fr. Carbonell de la Orden de Santo Domingo. Ocasión que aprovechó el monarca para pedir al Santo Padre las reliquias de San Lorenzo y las de San Vicente que le había prometido en Tíboli por carta del 6 de octubre de 1417. En 1418 Vicente Ferrer ya había sido proclamado beato. El proceso de canonización comenzó en 1455 por el papa Calixto III, completándose en 1456 por el papa Pío II.
Una capilla en Fraga: El convento de los Agustinos de Fraga -trasladado desde la margen derecha del Cinca al Cegonyer a principios del siglo XVII- dispuso de una capilla dedicada a este Santo. Esto explica porqué algunas personas quisieran ser enterradas al pie de su altar, o dejaran un beneficio a dicha capilla para decir misas. Es el caso de Eugenia Santa Clara, viuda de Guillen Juan Satorres. Esta fragatina hizo su último testamento en la villa el 22 de agosto de 1645, siendo testigos del mismo Francisco Foradada y Pedro Trems, todos presentes ante el notario Clemente Ruiz. En el testamento de la citada Eugenia se lee: “Quiero que se funde en el convento de San Agustín de dicha villa [de Fraga] el trentenario de San Vicente Ferrer.”
No conocemos nada más de esta capilla. Probablemente desapareció tras los sucesos de la guerra de Cataluña (1640-1647).